Como si fueran gigantescas crisálidas urbanas, cada vez son más los edificios que en el centro de Gijón se envuelven en redes para someterse a una transformación estética y funcional. Durante un tiempo se esconden a la vista de los viandantes para, pasando un tiempo, reaparecer recubiertos de materiales más modernos y con mejor capacidad aislante, actualizando su imagen al tiempo que aumentan su resistencia al calor, al frío y a la humedad, reduciendo con ello el gasto en calefacción y aire acondicionado de las viviendas que albergan.
No es nada nuevo en Gijón ni en Asturias, una región pionera a nivel nacional en actuaciones de rehabilitación energética. Pero si una actividad que vuelve a vivir un «boom» que el sector espera que vaya aún a más cuando se publique la esperada convocatoria de ayudas europeas gestionada por el Principado.
«Ahora mismo se está moviendo el doble de obra que en 2020. Y las expectativas de contratación son muy buenas, casi para duplicarla«, las comunidades están demandando muchos nuevos proyectos, si bien antes de lanzarse a la contratación están a la espera de que se abra esa línea y de saber la cuantía que les correspondería. En cualquier caso, destaca que hay mucho interés, porque la oportunidad es histórica. Y es que a las subvenciones públicas se suman las deducciones fiscales, de hasta 15.000 euros. Estas subvenciones son muy positivas para todos: los propietarios actualizan sus bloques, la ciudad mejora su parque edificatorio y la seguridad, y hay un tejido empresarial que, al darle continuidad, crea empleo fijo y especialización.
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